BOLONIA: LA CIUDAD DE LAS AGUAS
Bolonia, con su ambiente vibrante y su historia milenaria, es una ciudad que a menudo sorprende a sus visitantes. Además de ser famosa por sus torres medievales, iglesias y su famosa cocina, guarda otro tesoro escondido: sus canales. Estos cursos de agua, una vez constituían una red vital para la ciudad, contribuyendo tanto al transporte de las mercancías como al sistema de riego. El Art Hotel Commercianti, hotel boutique en el centro de Bolonia, ofrece a los huéspedes una oportunidad única para vivir Bolonia de manera auténtica, explorando su pasado y sus tesoros más escondidos.
Un poco de historia
El sistema de canales boloñeses se remonta a la Edad Media, cuando la ciudad, ya importante nodo comercial, necesitaba vías fluviales para conectar el centro urbano con el exterior, favoreciendo así la navegación y el comercio. De hecho, los viajes por agua eran más baratos que los viajes por tierra. Los canales de Bolonia cumplían tres tareas principales: Como primera tarea, proporcionaban energía para activar el movimiento de los molinos y para las actividades comerciales como artesanos. La segunda función era la de enlace para el comercio entre los diferentes ríos de la región. Por último, los canales recogían y canalizaban las aguas de los arroyos circundantes. Los canales también desempeñaban un papel importante en la limpieza de la ciudad.
Bolonia: la seda y sus aguas
Gracias al desarrollo de estos canales a lo largo de los años, la ciudad de Bolonia se convirtió en un centro comercial y pudo desarrollar una próspera industria, pero pocos saben que se refiere en particular modo a la producción de seda. El 'molino de seda boloñesa', gracias a la rueda hidráulica, una innovación de la época, dio vida a la industria de la hilatura boloñesa, cuya seda comenzó a comercializarse en toda Europa pasando por el Canal Navile. Esta máquina está hoy a disposición de los más curiosos en el Museo del Patrimonio Industrial.
A pocos pasos del Hotel se puede encontrar el más conocido de estos canales: el Canal del Molino, que toma su nombre de una serie de molinos de agua que se usaban para moler el trigo. No solo era un canal comercial, sino también un elemento de embellecimiento y vitalidad urbana. Este canal, que corre a lo largo de la ciudad, se entrelazaba con otros cursos de agua que llegaban desde diferentes puntos de la región, entre ellos el Canal de Reno. Este último servía para alimentar los canales de la ciudad, distribuyendo agua para uso industrial y doméstico. De hecho, las tiendas artesanales, en particular las que trabajaban la madera, el hierro y el algodón, necesitaban esa agua para mover las ruedas de los molinos, constituyendo así una importante función económica para el desarrollo de la ciudad. Como curiosidad adicional, los canales eran de vital importancia también en la esfera social, especialmente para las lavanderas, que se reunían junto a las orillas del canal con sus cestas para lavar la ropa, se alimentaba así la cohesión social gracias a una simple actividad cotidiana.
Siguiendo los canales
La mayoría de estos canales han sido cubiertos a lo largo de los siglos para hacer espacio a edificios y calles, sin embargo, algunos tramos son todavía visibles, pero a menudo escondidos detrás de
rincones de Bolonia que los turistas e incluso muchos habitantes no conocen. El Art Hotel Commercianti es perfecto para una estancia histórica en Bolonia, su ubicación central le permitirá emprender un paseo desde el corazón del centro hasta Via Piella, donde se puede admirar el Canal del Molino, o hasta el Parque del Cavaticcio para descubrir la zona del antiguo Puerto Naviglio, es una experiencia que invita a reflexionar sobre cómo la ciudad se ha transformado en el tiempo, pero manteniendo firmes las huellas de su pasado. Para los huéspedes del hotel, ésta es una oportunidad única para descubrir Bolonia de una manera inédita.
La ciudad, con el fin de preservar su memoria histórica, organiza periódicamente visitas guiadas de grupo para descubrir tanto sus aguas como los sitios históricos y técnicos que generalmente no son accesibles al público. Los tours requieren reserva obligatoria ya que tienen plazas limitadas, duran alrededor de una hora e incluyen rutas que alternan tramos al aire libre con otros más escondidos, bajo la ciudad, que dan vida a la 'ciudad subterránea'.
Después de un día descubriendo los canales escondidos de Bolonia, nada es mejor que relajarse en las elegantes habitaciones del Art Hotel Commercianti, un auténtico las hotel en el centro de Bolonia con encanto histórico y comodidades modernas. Los huéspedes pueden disfrutar de un delicioso desayuno buffet antes de partir para nuevas aventuras y aprovechar de los numerosos servicios exclusivos diseñados para que la estancia sea aún más especial. El hotel con aparcamiento le permitirá dejar su coche en el hotel, permitiéndole recorrer la ciudad a pie o más cómodamente en bicicleta. En este sentido, el hotel no solo es un lugar de estancia, sino también un punto de partida para un viaje histórico y cultural sin precedentes, que se extiende más allá de los muros de su estructura hasta llegar al patrimonio más profundo de esta ciudad encantadora.
¡ Reserve ahora su estancia en el Art Hotel Commercianti y viva Bolonia como nunca la ha visto!